“Casa de Luz” recibirá a niños oncológicos y no oncológicos que se encuentren en la etapa final de sus vidas, junto a sus familias, donde recibirán cuidados paliativos de calidad y contención emocional.
Tras dos años de construcción y una pandemia completa a cuestas, la Fundación Casa Familia inauguró ayer “Casa de Luz”, el primer hospice pediátrico de Sudamérica, ubicado en la comuna de Independencia, en la Región Metropolitana.
Casa de Luz acogerá a niñ@s oncológicos y no oncológicos que se encuentren en la etapa final de sus vidas, junto a sus familias, donde recibirán cuidados paliativos de calidad, repletos de amor, cariño y compasión. Un modelo de atención único en el mundo, que es el resultado de un trabajo colaborativo liderado por la Fundación Casa Familia, la que ha estado asesorada por una Comisión Técnica Voluntaria experta y por la Fundación Elisabeth Kübler-Ross Chile, de renombre internacional en la materia.
“Soñamos que sea un lugar de luz que le dé un respiro a las familias en un minuto de tanto dolor”, aseguró, Mónica Gana, directora ejecutiva de la Fundación Casa Familia, la que desde hace más de veinte años acoge a niños con cáncer de regiones, quienes deben trasladarse a Santiago para poder continuar con sus tratamientos.
La jornada estuvo marcada por la intensa lluvia que a esa hora caía sobre la capital, pero, sobre todo, por un ambiente de emoción y orgullo, lo que fue destacado por las autoridades presentes, entre ellas, el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, quien se manifestó sorprendido por lo que calificó como “una obra de amor inmenso que conmueve, convoca, interpela y enseña”.
Entusiasmo que fue compartido por la ministra de Salud, Begoña Yarza, quien se comprometió a poner todo su esfuerzo para que el hospice “sea sustentable en el tiempo” y obtenga el apoyo requerido por parte del Gobierno.
Esfuerzo al que también puede contribuir el mundo privado, dado que la operación de un hospice pediátrico requiere de una importante cantidad de recursos.